Afirmaciones tales como “te van a faltar proteínas”, o “la proteína vegetal nunca va a poder reemplazar a la animal”, o “el ser humano es carnívoro por naturaleza”, o quizás la peor y más radical: “¿y de dónde vas a obtener las proteínas que necesitas? (como si las proteínas solo estuvieran presentes en los alimentos de origen animal). Si eres vegano, seguramente te has sentido cuestionado en muchas ocasiones en relación a la suficiencia y calidad de las proteínas de tu dieta.
Muchas generaciones han sido criadas teniendo como guía nutricional al plato del buen comer o el trío proteína/almidón/vegetal, y ese modelo mental de alimentación no es tan fácil de modificar. Más aún, en el mundo occidental la mayoría de la población se inclina hacia el consumo de carnes (de todo tipo), derivados cárnicos, pescados y mariscos, lácteos y huevos para satisfacer sus requerimientos de proteínas.
No solo por sus gustos, preferencias y costumbres, sino también porque creen que la calidad de todas las proteínas vegetales es deficiente y no sirven como nutrientes estructurales. Se trata de mitos alimentarios que aún siguen muy vigentes.
Algunos profesionales de la nutrición todavía afirman que, para mantener la salud y no sufrir una deficiencia de proteínas, al momento de consumir una comida ésta debe tener “proteínas completas”.
Por esta razón, las carnes, lácteos y huevos son considerados las mejores fuentes proteicas porque contienen todos estos aminoácidos.