Sabemos que es algo confuso empezar a entrenar. ¿Deberías estirar? ¿Cuánto deberías comer? ¿Cuándo es el mejor momento para ir al gimnasio? Estos consejos te pueden ayudar a ir en la dirección correcta y prepararte para un entrenamiento óptimo.
No comas demasiado ni comas a una hora cercana a tu entrenamiento.
Es recomendable terminar la comida una hora antes de comenzar el entrenamiento. Esto permite que la comida se digiera y previene que se presenten calambres. Si planeas comer un par de horas antes de ejercitarte, te recomendamos comer una mezcla de carbohidratos, proteínas y grasa, que se encuentre en el rango de 300 a 400 calorías. Evita los alimentos gaseosos como los frijoles y el brócoli ya que pueden causar molestias intestinales.
Limita el estiramiento estático.
Estirarse antes del calentamiento puede provocar lesiones. Si bien esto puede parecer contradictorio, tus músculos están frescos antes de un entrenamiento y no se estirarán tanto como lo harían después del entrenamiento. Prueba algunos movimientos dinámicos para activar tus músculos y calentar tu cuerpo para el entrenamiento en el futuro.
No comas alimentos altos en grasa.
La grasa es necesaria para cualquier dieta balanceada, pero es el nutriente procesado más lento, por lo que puede no estar totalmente descompuesto en tu sistema digestivo cuando estés listo para el entrenamiento. Concéntrate en las proteínas y los carbohidratos, que se procesan más rápido y te darán el impulso de energía que necesitas para dar todo en el entrenamiento.
No trabajes demasiado.
Si te sientes enfermo o agotado, no te esfuerces. Estudios indican que si por ejemplo tienes una infección estomacal o un resfriado, lo mejor es quedarse en casa y descansar. ¿Has estado trabajando duro toda la semana y te has levantado para ejercitarte sintiéndote exhausto? Date un respiro, el cuerpo necesita tiempo para reparar sus músculos; un día de descanso hará que tu cuerpo y tu mente estén relajados.